Si tu bigotudo está plof prueba a abrir la habitación en la que no sueles dejarle entrar para que la “investigue”. Elige un lugar seguro que consideres adecuado. Te sugerimos un cuarto de baño, un trastero o algún dormitorio que normalmente tenga la puerta cerrada... 

 Su curiosidad por descubrir esa habitación o volver a verla para “revisarla” despertará su interés y sus sentidos si es gato sano. De mostrar apatía o miedo puede deberse a problemas de salud, de socialización o, entre otros, al estrés, incluso a tener hambre, calor o frío. 

 Un truco para llamar su atención sobre esa habitación es encender su luz y mantener a oscuras la casa salvo esa estancia. ¡Será un imán! 

 Los gatos son curiosos por naturaleza. Si el tuyo no muestra interés por las novedades, como ésta, vigila si esa apatía no necesita una visita al vete. 

 También son animales territoriales y conocer nuevos espacios supone para ellos todo un desafío que resultará entretenido siempre que el entorno que descubran no lo perciban amenazante. Bastará con que se dé una vueltecita, apenas tardará unos minutos... 

 Mejor poco tiempo, así prevendremos marcaje con uñas o pis y seguirá habiendo misterio para la próxima vez. Si lo crees necesario, mientras “investiga” la habitación vigílalo de forma discreta... para no molestar al pequeño Sherlok Holmes en sus pesquisas . ¡Y nunca le des acceso a habitaciones no seguras! ¡Estimula su curiosidad, vela por su seguridad! La curiosidad mató al gato, dice la sabiduría popular. ¡Solo tus cuidados y prevención lograrán un equilibrio saludable! No lo olvides, ¡Un gato curioso es un gato feliz!